miércoles, 20 de septiembre de 2017

Recuperar la fe en la Humanidad

Publicado en Yaiza Navarro.

Trae causa de: cada decisión que tomamos tiene consecuencias. Esto no es malo per se, simplemente es así. Tomar decisiones es difícil cuando no puedes prever las consecuencias y eso es lo que pasa muchas veces en Derecho: no sabes a priori cuál será el desenlace al poner tus intereses en manos de "un tercero imparcial". De ahí lo de que "más vale un mal acuerdo que un buen juicio", porque por bien que realices tu trabajo, el resultado nunca depende de ti.

En este contexto, brindar asesoramiento puede ser complicado ya que nunca puedes asegurar un resultado. Y lo que nunca debe hacerse es tomar la decisión por el cliente. Así que ante la usual pregunta: "¿Y qué hago?", no queda más remedio que ser sincero. Es muy difícil hacerlo sin asustar, o poner muy negro el futuro, pero es que en este mundo jurídico, lo justo no está siempre a la orden del día...

Ahora bien, nosotros hacemos lo que está en nuestras manos, muchas veces sacrificando nuestro tiempo de ocio, porque en estas profesiones no hay un horario fijo, ni días libres. No exagero. Mi cabeza es como una agenda digital que nunca desconecta: viernes 22 vencimiento reconvención; lunes 25 vencimiento oposición apelación; lunes 25 vencimiento recurso apelación; martes 26 diligencias; y así un largo etc.

Por eso cuando una mañana llama una señora (del Turno de Oficio, y esto es importante porque existe el error de pensar que los profesionales nos despreocupamos de los clientes que no son "de pago") que necesita tener una demanda presentada al día siguiente, porque tiene que adjuntar el justificante para la solicitud de una ayuda económica, entre vencimientos y requerimientos varios, la envías a las nueve de la noche tras trece horas -literales- de trabajo, y la procuradora, contra todo pronóstico -porque lexnet se ha caído- consigue presentarla y enviarte el justificante rozando las once de la noche, por menos de cien euros (bastante menos), que es lo que pagará el Gobierno de Canarias por su trabajo. Cuando eso ocurre, algo se enciende en mi corazón. Es una llama. Es un impulso que me empuja a seguir. 

En esos momentos, aunque sea durante un parpadeo, la razón casi tonta y la consecuencia imperceptible, recupero la fe en la Humanidad. Porque es un grano, uno pequeño en una montaña, pero lo es todo para una sola persona. Sienta muy bien participar de algo que genera un pequeño impacto en la vida de una persona.

Aviso a navegantes: prometo volver más a menudo por aquí :)